Los servicios de salud dependen de la aplicación de insecticidas para combatir a los mosquitos adultos y cuentan con dos metodologías principales para conseguir tal objetivo como son la termonebulización y la nebulización con máquina pesada montada en vehículo.
La diferencia principal entre ambas es que en la primera se calienta el insecticida para generar humo y en la segunda se aplica el insecticida en frío, pero en esta ocasión hablaremos de la técnica que más estamos acostumbrados a observar ya que es más común que en nuestras colonias veamos pasar camionetas del área de vectores rociando insecticida.
La recomendación que nos hacen los servicios de salud cuando se realizan esos operativos es abrir puertas y ventanas, pero ¿sabes a qué se debe?
La respuesta es muy simple y es que los insecticidas que se aplican mediante esta técnica son de contacto. Esto quiere decir que cada mosquito tiene que ser tocado por la cantidad necesaria de gotas de insecticida para causar su muerte.
Como puedes imaginar, es de suma importancia que la cantidad y el tamaño de cada una de las gotas de insecticida que se libera en cada área sea la adecuada para poder eliminar a los mosquitos que viven dentro y fuera de las viviendas.
Para esto es necesario mantener un monitoreo constante de la calibración de cada una de las máquinas nebulizadoras, que la velocidad a la que el vehículo recorre el área a tratar con el insecticida no rebase los 15 kilómetros por hora y que las condiciones climáticas sean adecuadas ya que la dirección y velocidad del viento, así como la lluvia interfieren en la efectividad.
Ahora que sabes los principios básicos del rociado espacial de insecticidas, entenderás por qué es mucho más fácil eliminar los recipientes que puedan servir de criaderos en nuestras viviendas y así evitar que se produzcan más mosquitos adultos.
M. en C. Edgar Koyoc-Cardeña
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